lunes, mayo 11

Los MItos Solares de la Medicina 07 - La Puesta del Sol

La Puesta del Sol


Triste, grave, melancólico, de color rojo sangre, el Sol hunde su cuerpo en la Tierra, encarnando sus rayos bajo la forma de hombres sujetos a las cadenas mundanales, sin embargo este es el momento supremo de la Gran Prueba. Todo lo demás adquiere ahora su sentido, pues en la oscuridad del misterio último, contrastan en este momento todas las luces ilusorias del recuerdo que la memoria trae a la conciencia.

Los mitos y las leyendas representan a los Sabios Médicos, y a los Dioses de la Medicina, de grave continencia, serenos, maduros, pensativos. Seraphis, de  rostro amable y dulce pero al mismo tiempo, según los clásicos, también melancólico, representa el prototipo que luego se trasvasa a otros sabios médicos y maestros sanadores, como Jesús de Galilea.

Asclepios, tras su muerte, porque ya no podía vivir entre los hombres en posesión de los secretos de la vida y muerte, se convierte en el Dios de los Médicos y Dios de los Misterios, de los secretos del más allá de lo humano. Su paso por el inframundo le transfigura en un ser divino completo.

La Medicina hunde así sus raíces en los Misterios. Para los antiguos, la medicina real sólo podía ser ejercida por aquellos que en alguna medida participaban en los secretos iniciáticos, pues si esta ciencia y arte lo era del ciclo eterno de la Vida Una, cómo podría practicarse sin poseer las llaves de acceso a los arcanos misterios.
Seraphis

En tiempos posteriores, durante el Imperio Romano, el culto de Seraphis se extiende por todo el mediterráneo sustituyendo en cierta medida al culto de Asclepios. Seraphis, en compañía de Isis y Harpocrates, el pequeño Horus de los Misterios, se constituye en la familia sagrada por excelencia. El cayado de Asclepios con la serpiente, se convierte en las manos de Seraphis en el bastón de tres cabezas (un perro, un chacal y un león) que consiguió tras descender al inframundo: la trinidad del tiempo pasado, presente y futuro, el ciclo completo de la Vida Una.

La Serpiente y sus variantes, como el Dragón, siempre asociada a los mitos médicos e iniciáticos, de múltiples significados, resume en sí misma como en un holograma, todos los otros mitos médicos: pertenece y es al mismo tiempo Asclepios, Seraphis, Apolo, los fabulosos Nagas del Tibet, los maestros instructores de toda ciencia, también los Instructores fabulosos de los médicos sabios chinos, y la serpiente Kneph del antiguo Egipto, la cual aún hoy en día aparece como símbolo de los farmacéuticos. Fuente de Vida y Muerte, de enfermedad y curación, incluso en la Biblia aparece con tales características salvando en el desierto al pueblo de Israel. Dices Jesús de Galilea "sed sabios como serpientes".   

Esa adscripción por igual de la serpiente a los dioses y a los mitos mistéricos y a los de la Medicina, es una clave fundamental. Ella es la que atacó a Asclepios, y que después de ser aniquilada por el dios, volvió de nuevo para darle el secreto de la inmortalidad. Ella es la que en el Libro de los Muertos Egipcios, aparece como la serpiente del mal, la que amenaza constantemente al Sol en su recorrido en la oscuridad.



Pero al mismo tiempo es la serpiente vertical que surge en la frente del iniciado y del osirificado, como símbolo de resurrección espiritual. Se la teme porque mata, se la bendice porque trae todos los remedios para las enfermedades.




Continuará