lunes, abril 13

La Medicina en los Diálogos Platónicos 02 - Carmides, Crátilo y Sofista

CÁRMIDES O DE LA SABIDURÍA


Este es un diálogo en el que se insiste en la necesidad de la virtud en el hombre. Desde el punto de vista médico, en este diálogo Platón nos recuerda la importancia de una cura global, que tenga en cuenta el alma y el cuerpo, o sea lo que hoy llamaríamos una medicina integral que incluya los elementos psicológicos y espirituales.

Sócrates menciona aquí que aprendió ciertos encantamientos de los médicos de Tracia, famosos por su ciencia médica y capaces según algunos de conceder incluso la inmortalidad, que ayudaban a serenar el alma y facilitar la curación. Estos médicos tracios le dijeron que:
"No debes intentar curar los ojos sin curar la cabeza, o la cabeza sin tener en cuenta el cuerpo, y de la misma manera no debes intentar curar el cuerpo sin tener en cuenta el alma; porque esta es la razón por la que la cura de muchas enfermedades es desconocida por los médicos de la Hélade, porque son ignorantes de la totalidad, la cual también debe ser estudiada; pues la parte nunca puede estar sana a menos que la totalidad esté sana... El mayor error de nuestros días en el tratamiento del cuerpo humano consiste en que los médicos separan el alma del cuerpo."
Así Sócrates aprendió de ellos a utilizar ciertas palabras que introducían moderación en el alma, y cuan­do hay moderación la salud puede ser impartida rápidamente.

CRÁTILO y SOFISTA

En estos dos diálogos Platón apunta la idea de que la pureza es un elemento necesario en la cura: la eliminación de toda aquella suciedad que impide la salud (física o moral). Así en el Crátilo se habla de Apo­lo como dios que creó el arte médico y la música, y que por ello se le denomina como Dios de la Armonía. Su nombre se equipara al de "Apoluon", el purificador, y por eso sus seguidores, los médicos, practican antes que nada las purificaciones y las fumigaciones con drogas mágicas o medicinales, así como lavados y aspersiones lustrales, teniendo todo esto como objeto purificar al hombre tanto en su cuerpo como en su alma.

Platón hace una distinción entre las purificaciones internas realizadas por los médicos y las externas practicadas por masajistas, en cosmética, etc., y también entre las purificaciones reales, y aquellas que sólo se basan en purificar de elementos inanimados el cuerpo (nos recuerda la moderna manía de los "cleansing" a los que son tan aficionados algunos movimientos vegetarianos y New Age-like):
"Existen purificaciones de los cuerpos vivientes tanto en sus partes internas como en sus partes externas, de la cuales las primeras son debidamente efectuadas por medio de la medicina y la gimnasia, y las segundas por el no muy digno arte de los masajistas y bañistas; existe también la purificación de las sustancias inanimadas, para ello están las técnicas de rellenar y restaurar en general, que se entretienen en tal serie de detalles minuciosos y tienen tal variedad de nombres que llegan a ser consideradas incluso ridículas."
Como vemos, no hay nada nuevo bajo el sol, ya Platón en estos diálogos crítica "la purificación de las sustancias inanimadas", que traducido al lenguaje de hoy sería las curas por alcalinos, las curas por el ajo, el limón, los dietéticos, etc.