DESCODIFICACIÓN BIOLÓGICA, PSEUDOCIENCIA Y CHARLATANERÍA
El término "Trauma Psíquico" se ha popularizado durante las últimas décadas, con un significado muy distinto al original.
Históricamente es un concepto que tiene unos comienzos casi equivalentes al de trauma físico, es decir la disfunción provocada por un daño directo al sistema nervioso, definido por primera vez por Emil Kraepelin, psiquiatra alemán. A través del tiempo ha ido adoptando formas más "psicológicas" y elaboradas como la de Charcot que considera el trauma psíquico como generador de la histeria, y como la de Freud como originado en un "trauma sexual", presente en todas las relaciones sexuales iniciales, y que se elabora finalmente como un trauma psicológico o psíquico.
No obstante la Medicina y la Psicología modernas sólo contemplan dos definiciones para trauma psíquico, a la que añadimos la popular:
a) Trastorno por Estrés Agudo
Es un cuadro de ansiedad con manifestaciones fisiológicas intensas, como consecuencia de haber sufrido uno o varios sucesos estresantes, donde además estos se han percibido como peligrosos para la integridad física propia o de aquellos que nos rodean. Su duración es breve e inmediata.
b) Trastorno por estrés post-traumático
Este cuadro es más prolongado, es generado por experiencias vividas mucho antes en las que permanecen sus consecuencias. Se trata de un estrés psicológico tan intenso y amenazante que impide generar rutas alternativas de escape, dando lugar efectos patológicos y trastornos psicológicos de larga duración.
c) La versión popular del "Trauma psicológico"
No tiene en cuenta la intensidad exagerada de la vivencia, sino que supone que es lo "chocante" o "inexplicable" de la situación lo que está en el origen. Supone además que tal conflicto interior da lugar a cuadros inexplicables de "ceguera", "parálisis", "amnesias" o reacciones de pánico y pérdida de control ante ciertos signos, palabras o factores que desencadenan el recuerdo más o menos inconsciente del trauma. Esta interpretación popular se corresponde bien con los llamados cuadros de "conversión histérica". Esta última es la versión cinematográfica, presente en muchas películas de Hitchcok. También cree esta concepción popular que colocar al paciente "frente a la verdad" del hecho que desencadenó el cuadro dará lugar a su curación.
En todo caso, en todas estas formas de entender el trauma psíquico, tanto las científicas como las populares, al trauma psíquico se le considera capaz de generar síntomas psíquicos (llanto, pánico, ansiedad, etc.) así como fisiológicos (sudoración, taquicardia, mareos, etc.) pero nunca se le ha considerado como origen de enfermedades concretas y mucho menos del cáncer.
La Homeopatía, que a través de su sistema de interrogatorio, concede y da un gran valor a los síntomas psíquicos y mentales, como caracterizadores de la enfermedad, nunca ha elaborado una teoría mental y psíquica del origen de las enfermedades.
La Medicina China, a través de miles de años de observación, ha podido relacionar ciertos estados psicológicos con ciertas alteraciones energéticas pero no con cuadros determinados de enfermedad. Por tanto en ambas medicinas tradicionales, en las que se presta una gran atención a los factores psíquicos, nunca se consideró al trauma psíquico como origen lejano de las enfermedades, aunque sí se le dio una gran importancia a los síntomas mentales como ACOMPAÑANTES, MODIFICADORES y AGRAVANTES de las enfermedades, y en homeopatía como modalidades de expresión de los síntomas, pero nunca como origen de enfermedades físicas concretas.
Obviamente la mente y el psiquismo, como el mismo cuerpo físico, conforman una totalidad que se llama Hombre. Cuando hablamos del espíritu en el hombre no olvidemos que hablamos de una potencialidad durmiente, la realidad del día a día es que todo el conjunto tanto físico como mental conforman al hombre. Si una pierna duele, genera mal humor, y si se tiene mal humor duele más.
La "versión popular" del trauma psíquico, si la analizamos, es la misma que está en la base de la Medicina de Hamer y en sus variantes, tales como la Biodescodificación. De ahí que estas hayan tenido una rápida expansión a pesar de no tener ningún fundamento científico ni siquiera esotérico, pero sí un público condicionado por el cine y la literatura dispuesto a creerlo.