NUTRICIÓN y FANATISMO
La nutrición es una parte importante de la salud, pero no es toda la salud. Por tanto hay que darle una importancia justa, sin exageraciones. Sin embargo, el puritano, por razón de su psicología, ama las recomendaciones y prohibiciones dietéticas. Sobre éstas se han construido religiones enteras, y han derramado más sangre que por cualquier otra razón. Ha servido para distinguir a unos fieles de otros, los puros de los impuros, ha servido para sentirse importante y fiel creyente, y para hacerse pecador, también para retornar al seno de las religiones tras arrepentimiento y conversión.
Esto nos debería poner en alerta, pues si históricamente las dietas, los modos religiosos y culturales de la alimentación, han servido para toda clase de discriminación y fanatismo ¿acaso estamos hoy libres de ello? ¿No se acusa a ciertos alimentos de maldad intrínseca o de bondad divina? No obstante esta "criminalización" pecaminosa o santificación de ciertos alimentos parte de un fenómeno general: la pérdida de una visión global, o sea tener una visión de túnel.
Basta con consultar algunas páginas sobre nutrición y propiedades de los alimentos para encontrar largas listas de "propiedades" saludables, así de la lechuga se dice que:
-Contiene B9 o folato, vitamina C o ácido ascórbico y vitamina A.
-Al ser rica en agua, las lechugas son aliadas para mantenernos hidratados, estimulan la función de los riñones y contribuyen a la prevención de infecciones en el sistema urinario.
-Es excelente para bajar peso, y reducir la ingesta de otro alimentos altos en colesterol.
Esta es obviamente una visión favorable de las lechugas, pero si seguimos buscando encontraremos opiniones diferentes como la siguiente:
-Puede estar peligrosamente infectadas por el Nirovirus, que provoca el 50% de las gastroenteritis
-Producen aumento de la retención de líquidos
-Su cultivo desprende a la atmósfera más gases invernadero
-Constituyen el 22% de las intoxicaciones por alimentos
-La lechuga junto con el apio y el pepino no tienen fibra, ni vitaminas ni proteínas.
¿A qué carta quedarse? Porque lo malo no está en la contradicción solamente, sino en la severidad y amenaza que la acompaña o, por el contrario, en los cantos celestiales y loas que estas páginas dedican a la lechuga.
Conclusión: parcialidad, visión de túnel, observación de un solo aspecto sin conectarlo con otros muchos aspectos y comportamientos.
Descargar: Mitos y Nutrición 5 - Nutrición y Fanatismo
La nutrición es una parte importante de la salud, pero no es toda la salud. Por tanto hay que darle una importancia justa, sin exageraciones. Sin embargo, el puritano, por razón de su psicología, ama las recomendaciones y prohibiciones dietéticas. Sobre éstas se han construido religiones enteras, y han derramado más sangre que por cualquier otra razón. Ha servido para distinguir a unos fieles de otros, los puros de los impuros, ha servido para sentirse importante y fiel creyente, y para hacerse pecador, también para retornar al seno de las religiones tras arrepentimiento y conversión.
Esto nos debería poner en alerta, pues si históricamente las dietas, los modos religiosos y culturales de la alimentación, han servido para toda clase de discriminación y fanatismo ¿acaso estamos hoy libres de ello? ¿No se acusa a ciertos alimentos de maldad intrínseca o de bondad divina? No obstante esta "criminalización" pecaminosa o santificación de ciertos alimentos parte de un fenómeno general: la pérdida de una visión global, o sea tener una visión de túnel.
Basta con consultar algunas páginas sobre nutrición y propiedades de los alimentos para encontrar largas listas de "propiedades" saludables, así de la lechuga se dice que:
-Contiene B9 o folato, vitamina C o ácido ascórbico y vitamina A.
-Al ser rica en agua, las lechugas son aliadas para mantenernos hidratados, estimulan la función de los riñones y contribuyen a la prevención de infecciones en el sistema urinario.
-Es excelente para bajar peso, y reducir la ingesta de otro alimentos altos en colesterol.
Esta es obviamente una visión favorable de las lechugas, pero si seguimos buscando encontraremos opiniones diferentes como la siguiente:
-Puede estar peligrosamente infectadas por el Nirovirus, que provoca el 50% de las gastroenteritis
-Producen aumento de la retención de líquidos
-Su cultivo desprende a la atmósfera más gases invernadero
-Constituyen el 22% de las intoxicaciones por alimentos
-La lechuga junto con el apio y el pepino no tienen fibra, ni vitaminas ni proteínas.
¿A qué carta quedarse? Porque lo malo no está en la contradicción solamente, sino en la severidad y amenaza que la acompaña o, por el contrario, en los cantos celestiales y loas que estas páginas dedican a la lechuga.
Conclusión: parcialidad, visión de túnel, observación de un solo aspecto sin conectarlo con otros muchos aspectos y comportamientos.
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