Cómo "aumentar las defensas"
Es frecuente, y ahora más con el problema del coronavirus, que se nos pregunte a los profesionales de la salud "¿qué puedo tomar para subir las defensas?", y las respuestas varían de profesional en profesional, de vecino en vecino y de portera en portera.
"Tómate esto que es muy bueno", "A mi cuñado le curó del todo del grano en...", "Esto es natural y además no te hace daño", "Los estudios demuestran que...". "La Echinacea...", "El Aloe Vera...", "La Vitamina D..."
Hay que decirlo con calma, con toda tranquilidad: ¡¡¡¡NADA DE ESO VALE UN PIMIENTO!!!
Y hay una razón para decir esto: "las defensas" es un concepto. Un concepto, No sé si lo he dicho antes: ¡es un concepto médico!, vamos una entelequia, un símbolo, un resumen.
No hay ningún organismo o sistema en el cuerpo específicamente y en solitario llamado "Defensas", no hay ningún análisis o test directo para medir "las defensas" de la misma manera que se mide la anemia.
-¡Pero oiga, qué me dice! yo siempre he oído hablar de las defensas del cuerpo.
Sí, tiene razón, pero repito es un sumario, un concepto médico que resume un conjunto complejo de factores. Veamos qué es el sistema inmune (definición de Wikipedia):
"El sistema inmunitario es el conjunto de elementos y procesos biológicos en el interior de un organismo que le permite mantener la homeostasis o equilibrio interno frente a agresiones externas, ya sean de naturaleza biológica (agentes patógenos) o físico-químicas (como contaminantes o radiaciones), e internas (por ejemplo, células cancerosas). Reconoce lo dañino y reacciona frente a ello (ya sea agresión externa o interna)
He subrayado la palabra clave: conjunto de elementos. Porque intervienen muchos factores que no voy a detallar ahora, pero haciendo una rápida revisión podemos hablar de: calor corporal, integridad de la piel, integridad de las mucosas nasales, respiratorias e intestinales, conjunto de bacterias saprofitas que las colonizan, temperatura basal del cuerpo, inmunoglobulinas (tipo A, G y M, con sus variantes) leucocitos (linfocitos, monocitos, granulocitos, eosinófilos, basófilos, etc., etc.) anticuerpos circulantes, timo, vitaminas A, grupo B, D, aminoácidos suficientes y esenciales, composición adecuada de nutrientes, recuerdo inmunológico (vacunas y experiencias infectivas, memoria de especie) etc, etc. etc....
Cuando algunos hablan de aumentar las defensas, o venden productos para aumentar las defensas, juegan con la ignorancia de la mayoría, porque habría que preguntarles que cuál de los sistemas mencionados anteriormente es el que falla, qué vitamina o nutriente falta, qué factor genético interviene... ¿la Echinacea actúa sobre linfocitos o sobre la inmunoglobulina G? ¿Qué estudios científicos y no patrocinados por los vendedores demuestran su utilidad? ¿Y si la tiene en qué sistema concreto actúa?
Por tanto hablar de Equinacea, Shitake, Plantas, Yogur, Ajo, Cebolla, Aloe Vera, o Vitaminas en general no tiene mucho sentido a menos que se sepa qué hace en concreto y que se haya probado. Por ejemplo, las vitaminas tendrían sentido pero sólo si se trata de un déficit concreto, porque tomar vitaminas en exceso también es perjudicial y puede provocar enfermedades.
Por tanto hablar de Equinacea, Shitake, Plantas, Yogur, Ajo, Cebolla, Aloe Vera, o Vitaminas en general no tiene mucho sentido a menos que se sepa qué hace en concreto y que se haya probado. Por ejemplo, las vitaminas tendrían sentido pero sólo si se trata de un déficit concreto, porque tomar vitaminas en exceso también es perjudicial y puede provocar enfermedades.
¿Qué podemos hacer entonces? Pues usar el sentido común, chequear de vez en cuando con nuestro médico para ver si tenemos algún déficit o alteración analítica. Comer sano, que no consiste en comer lechuga, sino variado y rico en nutrientes, suplir lo que nos falte de manera obvia y disminuir aquello de lo que abusamos.
Y en segundo lugar: echa un vistazo global a tu comportamiento y hábitos, obsérvate desde lejos. ¿Qué ves? ¿Qué haces en exceso? ¿Comer, beber, fumar?... ¿Qué te falta?, ¿No haces ejercicio, no tomas el sol, no caminas?, ¿Duermes correctamente?, ¿Comes adecuadamente en cantidad, variedad y calidad?
En tercer lugar, ten en cuenta que el ser humano es un conjunto psíquico-físico, no podemos pues olvidar la parte psicológica: odio, resentimiento, crítica, pesimismo, miedo... todo esto hunde nuestra inmunidad, altera nuestros órganos, Por contra optimismo, equilibrio mental, proyectos vitales, ganas de hacer, crear y aprender, desatan nuestras energías, potencian todo nuestra mente y nuestro cuerpo.